lunes, 15 de septiembre de 2014

Filosofia de la Educacion fisica


Filosofía de la educación física


El movimiento humano es la mayor fuente de auto-conocimiento en nuestra actividad formativa. Conociéndonos a nosotros mismos podemos conocer a los demás, desarrollarnos con ellos y, así, ser más felices. Hay que optimizar a la persona en su propio conocimiento, sus necesidades de esfuerzo particular y su conocimiento de sus posibilidades. La educación integral se consigue cuando el individuo es capaz de ser consciente en situación de movimiento de cómo es él mismo y cómo son los demás. En efecto, lo que nos optimiza y nos hace seres humanos es la capacidad de movimiento inteligente, y el proceso que compromete al ser humano para lograr algo es educación. Esto es ofrecerle algo a la persona que le sirva para su vida como ser humano.
Los seres vivos tenemos dos maneras de comunicarnos: a través del lenguaje y a través de la motricidad. La comunicación y la experimentación del propio cuerpo a través del movimiento sólo se adquiere con la práctica de actividad física.
La motricidad es el primer valor de mi propia persona, ya que a partir del movimiento desarrollamos las potencialidades del ser humano. La principal justificación de la práctica de la Educación Física - Educación Motriz es que es la única materia que de forma específica ayuda al ser humano a comprenderse mejor (capacidades para auto-exigirse sin trampas, sin engaños,...). El movimiento es la actividad mejor dotada para ayudar al estudiante a desarrollar su personalidad como ser humano, por que es capaz de implicar a todas las capacidades de la persona inteligente. Además, la mayor potencialidad formativa del movimiento es el feed-back inmediato, característica de extraordinario valor educativo.
Desde los años 60, grupos de expertos entiende la Educación Física - Educación Motriz como la especial contribución a la educación integral por medio del movimiento. A estos aspectos se ha venido a sumar el estudio de los factores perceptivo sensoriales que enriquecen la disponibilidad, para realizar los actos motores más complejos y variados que muestran la actividad física y deportiva. 
Con estos antecedentes podemos plantear la Educación Física - Educación Motriz como un medio de educación integral de la persona, pues la actividad humana de movimiento involucra o puede involucrar a la totalidad de las capacidades del individuo, y no sólo a las llamadas físicas; siempre que las situaciones educativas creadas por el profesor sean las pertinentes.
La Educación Física - Educación Motriz está sujeta a muchos estereotipos de interpretación social y, por ello, hay que remarcar que de las muchas connotaciones e intencionalidades que puede alcanzar la motricidad humana, será exclusivamente la educación de la persona la esencia y objeto de nuestra actuación en un ámbito educativo.
Así, la Educación Física - Educación Motriz debe ser entendida como la educación que se logra a través de las estructuras físicas que soportan el movimiento humano que son capaces de configurar la totalidad de la personalidad del individuo. Nunca como la educación de lo físico que pertenece al hombre, a su cuerpo. Esto está, sin duda, integrado en el anterior compromiso. No es el cuerpo el que se mueve, es la persona la que se mueve, y esta opción de movimiento involucra necesariamente a todas las estructuras de la personalidad de quien se compromete en esa acción. De este compromiso nace la posibilidad de auto-educación, a través de la realización de prácticas motrices en situaciones que permitan una interacción con el entorno en los términos inteligentes que hemos propuesto.
Configurar la personalidad del individuo significa incitar, crear y facilitar formas de actuación-comportamiento que permitan utilizar de forma diferenciada y significativa todas las capacidades mentales, cognitivas, coordinativas, condicionales, afectivo-sociales, emotivo-volitivas, expresivo-creativas y bio-energéticas que puedan conformar las muchas formas de actuación individual, en situaciones didácticas que permitan una auto-reflexión y un auto-conocimiento. Para ello, las experiencias motrices propuestas han de permitir la reflexión individual, para crear una propia visión de aquella experiencia, para que el individuo conozca, evalúe y sea consciente de la auto-estructuración de su persona.
Es necesario plantear en los movimientos unas premisas, que cumplidas, permitan ejercer una acción educativa sobre el sujeto ejecutor, ya que ese movimiento es fuente de experiencias que conducen a una interacción entre el sujeto y el medio en el que se ejecuta la tarea. Es problema del educador, el promover tareas en las que, de esta interacción, se desprendan beneficios educativos para el sujeto. El educador puede plantear en la actividad unas premisas que faciliten la interacción entre el individuo y las personas o las cosas con quien comparte la tarea, proporcionando posibilidades de establecimiento de lazos afectivos con las personas, o de  conocimiento real de las cosas. En ambos casos plantear, o hacer que se planteen, situaciones que modifiquen los niveles de emotividad que hacen fluctuar los niveles de comportamiento del sujeto. Vistas así las cosas, se pueden justificar, en algunos momentos en la E.F., tareas que entrañen riesgo, pues éstas, son situaciones de un nivel de emotividad no utilizadas en el resto de áreas educativas.
De mi relación con las cosas, no sólo obtengo su conocimiento, sino también mi propio conocimiento, comparando sus características con las mías propias y su naturaleza con la mía, mejorando por tanto mi Automía. Cuando las situaciones son más o menos previsibles, la capacidad educativa de las tareas, por realizarse en esas circunstancias, puede ser mayor o menor. El sujeto programa unas tareas para una situación espacial que ha percibido, pero al tiempo de su aplicación aquella situación puede haber cambiado, y no ser aplicables. Unas veces nuestras capacidades superan la dificultad, y otras no, en ambos casos aumentará nuestra Automía. Cuando el espacio está ocupado por otros cuerpos, también pueden aumentar la dificultad en la ejecución de algunas de las tareas planteadas por nosotros, por lo tanto, en el espacio contrastamos las capacidades posibles de realizar, con las realizables, es nuestro "campo de pruebas", fuente de nuestro propio conocimiento. Cuanto mayor es el estado de incertidumbre espacial, mayor es la interacción entre el hombre y el medio, por tanto más se estimulan las conductas de decisión, y se pone a prueba la disponibilidad del sujeto.
Para cada nivel de actividad humana existe un nivel de competencia personal. Surgen muchos problemas porque se evalúa o se controla desde fuera del individuo. Se tiende a maximizar, a decir, más de una cosa es siempre mejor, y eso es un error en el ser humano. Cada ser humano tiene unos niveles de competencia que están debidos a su constitución como humano. Entendiendo al ser humano en su complejidad, formado por sistemas que le aportan posibilidades de actuación en infinitas dimensiones de su corporalidad y de su actuación en cualquier ámbito de su práctica, con sus estructuras mezclando y utilizando elementos de sus sistemas en dimensiones que son desconocidas por nosotros y que sólo el propio individuo conoce. Por eso, no creemos en la valoración sino en la auto-evaluación.
El objetivo de la Educación Física es educar y el del deporte ganar. Son objetivos diferentes y el proceso de formación ha de ser diferente.
No es practicar un deporte sino el proceso que ha de seguir un individuo para conseguir ser un buen deportista, y este proceso puede ser educativo o no. Puede ser incluso autodestructivo. Para asegurarnos que eso no suceda hemos de realizar práctica de Educación Física, porque el atractivo que tiene el deporte en nuestra sociedad puede desviar los intereses educativos de la práctica de actividad física.
La educación física y deportiva del ser humano no puede estar fundamentada en las ideologías del deporte actual como los valores higiénicos y de salud, el hombre que supera a la naturaleza, y otras connotaciones más modernas, que son una amalgama de ideales propios de la sociedad consumista y tecnológicamente industrializada. Debe basarse en la ciencia para configurar un tipo de práctica que comprometa íntegramente a la personalidad del individuo, que es un objetivo intemporal y prioritario.
Consideramos a la práctica deportiva, así constituida, como insustituible en la educación de la persona del alumno y este tipo de prácticas incluidas en otras con la misma filosofía de la acción motriz, constituyen la denominada Educación Física y Deportiva, que debe ser entendida como la educación que se logra a través de las estructuras físicas que soportan el movimiento humano que son capaces de configurar la totalidad de la personalidad del alumno.
Lo educativo de las prácticas deportivas no es el aprendizaje de sus técnicas o tácticas, ni siquiera los beneficios físicos y psíquicos de una buena preparación física que sustenta su rendimiento, sino que lo realmente y único educativo son las condiciones en que puedan realizarse esas prácticas que permitan al deportista comprometer y movilizar sus capacidades de tal manera que esa experiencia organice y configure su propio yo, logre su auto-estructuración.
Debemos no adjudicar ciertos valores educativos a tal deporte, y tales otros a aquel otro; este o aquel deporte será más o menos educativo, no por su riqueza en gestos técnicos, no por su profusión táctica, sino, por cómo ese entrenador articula las condiciones en las que el deportista aprende esa especialidad, y en qué situaciones desarrolla su competición.
Esta filosofía, basada en los valores humanos de autonomía y libertad, permite impartir Educación Física - Educación Motriz a cualquier grupo de individuos con independencia de su situación socio-cultural. La educación integral de la persona, consiguiendo la configuración de su personalidad, es posible a través de las experiencias motrices educativas que pueden involucrar la totalidad de capacidades del individuo.
Las experiencias de movimiento estructuradas bajo estas condiciones de práctica son las únicas que permiten implicar de forma interactiva todas las estructuras de la persona inteligente, hecho que les confiere un valor educativo totalmente diferencial, único e imprescindible para conseguir ciudadanos bien educados, autónomos y libres. Por lo tanto, disfrutar de más sesiones de Educación Física en la escuela es una necesidad pedagógica básica para conseguir una educación pública de calidad.
Desde los 3-4 a los 16-17 años es donde se establece y configura de la forma más importante la personalidad del individuo. Por ello, en esta etapa un alto nivel de actuación y protagonismo debe ser conferido al profesor de Educación Física - Educación Motriz, junto al profesor de iniciación deportiva.

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